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Hablemos de factoraje

Autor : Branded Content

Fecha : 05 Junio del 2023

Fuente: El Economista

Desde sus orígenes y hasta la actualidad, el factoraje es la operación financiera consistente en que una empresa venda sus cuentas por cobrar a otra entidad para tener liquidez. Existen entidades reguladoras que han formalizado estas operaciones y oficializado a las organizaciones públicas y privadas que las ofrecen. En la República Mexicana son el Banco de México (Banxico), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), bajo el marco legal de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, la Ley de Instituciones de Crédito, la Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito y el Código de Comercio.

En cualquier esquema de factoraje existen cuatro actores:

  • El proveedor (solicitante), quien emite la factura.
  • El comprador (solicitante), quien debe pagar la factura.
  • El factor, que ofrece el servicio de factoraje.
  • Un cuarto actor, no indispensable, es otra entidad que emite garantías sobre la operación y solvencia de alguno de los tres actores mencionados; es decir, avales, aseguradoras, afianzadoras, etcétera.

Las modalidades del factoraje son:

Por solicitante:

  1. Al proveedor: el proveedor entrega la factura al factor y recibe un porcentaje como anticipo del importe total. Al cobrar la factura, el proveedor paga al factor el anticipo recibido.
  2. Al comprador: el comprador solicita al factor que pague por anticipado al proveedor. Al vencimiento de la factura, el comprador liquida al factor.

Por garantías:

  1. Con recursos (cesión de crédito con garantía): el factor adelanta el importe de la factura al proveedor y asume la responsabilidad de la cobranza. Si no logra realizarla, el proveedor debe pagarle el importe total.
  2. Sin recursos (cesión de crédito sin garantía): el factor compra la factura al proveedor con un porcentaje de descuento y asume la cobranza, así como la pérdida total si el comprador no paga. Ese porcentaje suele ser alto por el riesgo de incobrabilidad.

Por cobranza:

  1. Cobranza indirecta: el proveedor intercambia una factura por efectivo con un factor. Al cobrarla, el proveedor paga al factor la cantidad recibida.
  2. Cobranza directa: al adquirir una factura del proveedor, el factor le anticipa una parte del importe y cobra al cliente. El factor cubre una cantidad remanente al proveedor.

Por ubicación:

  1. Doméstico: los tres actores se encuentran en el mismo país y la operación se realiza en la divisa y con las tasas de interés locales.
  2. Internacional: proveedor y comprador están en distintos países. El factor contempla las tasas de interés y el tipo de cambio en el mercado, con una proyección de ambos conceptos hasta el pago de la factura.

Por ventas:

  1. Ventas verificadas: ya realizadas.
  2. Ventas a futuro: por realizarse.

Por conocimiento:

  1. Abierto: las tres partes conocen la existencia de la operación.
  2. Cerrado: entre una de las partes y el factor, sin que la tercera parte sea notificada para proteger el prestigio del solicitante.

Por duración:

  1. Temporal o unitaria: única ocasión.
  2. Revolvente: el factor concede una línea de financiamiento al solicitante para convertir sus facturas en efectivo. Al cobrar las facturas, el solicitante devuelve esos importes al factor y libera su línea para futuras disposiciones.

Por pago de la tasa de interés:

  1. Anticipado: el factor descuenta un porcentaje del importe de la factura al entregar los fondos al proveedor.
  2. A vencimiento: el proveedor recibe el importe total de su factura. Al cumplirse el plazo del crédito, el comprador paga al factor.

Por último, el grado de riesgo clasifica al factoraje en alto, medio y bajo. A la tasa de interés se le suma una sobretasa ponderada con base en el riesgo calculado de la operación, que suele descontarse de la cantidad de dinero que el solicitante recibe.

Entonces, ¿para qué sirve el factoraje?

Una factura no es dinero en sí misma, pero tiene un valor nominal sobre el cual se basa una operación de factoraje. Entonces, el proveedor lo usa para abastecerse de recursos líquidos para su operación regular mientras se cumple el plazo que ha concedido a su comprador.
De acuerdo con información actualizada al primer trimestre del 2023 del Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CETRO-CRECE), 75% de las pequeñas y medianas empresas mexicanas fracasan antes de cumplir dos años de vida y 80% cerrarán antes de cumplir cinco años. Las principales causas son falta de liquidez, administración deficiente y acceso complicado a las fuentes tradicionales de financiamiento; es decir, bancos y algunas entidades gubernamentales.

En este escenario, el factoraje ofrece financiamiento al proveedor de capital limitado por el valor nominal de sus facturas por cobrar; es decir, puede disponer de ese dinero antes de que el comprador se lo pague. Los avances tecnológicos ahora permiten que estas operaciones se realicen mediante plataformas digitales de alto desempeño.

Con una adecuada planeación financiera y un minucioso plan de uso de efectivo, el proveedor puede prever los ciclos de falta de liquidez en su empresa y evitarlos, además de elaborar un cálculo preciso de cómo y cuándo amortizará los costos correspondientes.

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